miércoles, noviembre 05, 2014

Cartas a ningún lugar


Desasosiego, mi alma se vacía cada día por encontrar eso a lo que llaman hogar, el calor. Una se cansa de esperar la nada.
Da igual donde vaya, la tristeza será parte de mi ya sea aquí, allá, sin ti o contigo. 
Hoy recuerdo como tiempo atrás sentí la necesidad urgente de escapar. Ahora, a pesar de abandonar todo aquello que dolía, sigo teniendo el corazón en un puño, y es que nada cambia, nada parece moverse aunque todo se desvanezca, se pierda, muera.
En mitad de este otoño frío, la noche se cierne pronto sobre nosotros y más aun a este lado del planeta donde los días son volátiles y la fragilidad una sospecha. El verano ya es solo parte de un recuerdo, uno más, que no viene, que no va, que se queda y que no sirve para nada. 

El tiempo la cárcel, la vida una excusa. 



Mi nueva casa, Estrasburgo.