Hacía tiempo que la ansiedad había desaparecido, pero las cosas
han cambiado y hasta qué punto. Ahora soy yo la que estalla, desquiciada ante
esta broma en la que todo el mundo se ríe menos yo.
Los días pasan, turbios y sin fin, enfrascados en un espacio-tiempo.
Noches solitarias y sin mayor regazo que mi propia compasión, siendo mi único
alivio el hecho de saber que todo lo que está a mi alrededor algún día
terminará encajando entre sí. Pero todo
bien ajeno tiene un límite después del cual sólo quedan kilómetros de odio y
tristeza.
Así me trata el villano del reloj, como un gran tornado arrasa
con todo lo que queda de mí. Hoy, agotada, trato de describir como esta
sensación de furia interna y de amor incontrolable se refleja en una presente
continuo, un ciclo interminable de
errores y olvido. No hay equilibrio posible ni droga que me salve.
Las malas épocas son pasajeras, luego vienen mejores.
ResponderEliminarPiensa que el reloj puede estar en contra, pero el reloj son 24 horas de un calendario que tiene 365 días, a veces hasta 366, y cada día puede darte algo que no te ha dado el anterior... todo llega y todo pasa.
Suerte.
Eso dicen pero vamos, sigo sin creerlo. Gracias por ser tan fiel a este espacio!
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