miércoles, noviembre 02, 2011

Reminiscencia

Recuerdo un lugar que nunca he visitado y que apenas sabría describirlo, pero era exquisito, el alma era un cuerpo que flotaba por encima de nuestros estúpidos cuerpos inservibles, materiales, torpes...
Donde volabas con la suave brisa que procedía del mas remoto de los horizontes, donde no se ponía el Sol no había oscuridad, ni cosas a las que temer.
No había dolor, ni brotes de desesperanza, los deseos eran realidades, sin avaricia, sin rencores
Creerme existe, aun así no soñéis con tanta ligereza porque no es el paraíso, eso son solo cuentos, no es algo que puedas tocar o comprar. 
No desesperes ni trates de que sea inmediato porque lo más probable es que no lo alcances, ni hoy ni mañana, quizás ni dentro de un par de años, décadas... 
No sabría decirte cuando va a llegar ese momento, porque como bien he dicho nunca lo he visto, pero lo intuyo lo presiento.
Lo único que os puedo asegurar con certeza, es que esta especie lucha día si y día también para alcanzar eso, que no es felicidad, no son metas, no son objetivos de vida, es paz, paz con nosotros mismos.
Este momento llegará cuando el tren pare, y se bajen todos los pasajeros molestos que dejaron marcas en nuestro pequeño vagón, y solo queden en el los pasajeros, que han echo posible que esta pequeña locomotora, siga saliendo todos los días.

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