sábado, enero 28, 2012

Un cúmulo de cosas

No olvides nunca que vienes desde lo más abajo para llegar a lo más alto posible.
Cuando estes perdido recuerda tu porvenir, todas aquellas sensaciones que recorren tu estomago y lo mueven de una manera inenarrable.


La humildad no es solo un aspecto de la personalidad, es también la única forma que tenemos de que nuestros pies toquen el suelo y que solo suban cuando sea preciso.


Recuerdo tantas cosas, tantos instantes en cajas de cartón alojadas en mi memoria. Pero parece que poco a poco lo olvido, no los momentos, si no las sensaciones: la de triunfo, la de satisfacción plena, la de amor, la de ilusión, solo queda la tristeza por lo que ha sido y no sera.
Paso a paso he construido mi pequeño habitáculo llamado vida intentando que fuera lo más perfecto posible, sin errores, sin dolor y ¿que me queda?
un par de frágiles recuerdos y el frustado intento de que todo saliera lo mejor posible.


Este miedo se asoma por los recovecos de mi cuerpo, dejandolo lleno de llagas y debilitando mi consciencia que sigue siendo silenciada por los ruidos del “todo mejorará”.


Inercia, maldita inercia eres demasiado grande para mi, tu abismo es tal que me arropas casi sin querer. Sin ti no habría rumbo, contigo jamás lo habrá.
Sigo vagado por estas tierras desérticas sin más equipaje que mi ínfima inspiración.

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