jueves, mayo 13, 2010

pájaro de papel

No me detendré, mis alas quieren despegar del suelo, llevo unas pesas de varios kilos en cada una de ellas, esto no me impedirá volar, yo tomare el impulso necesario para poder deshacerme de ellas, me estoy acercando a esa capa azul, el cielo, mantengo el equilibrio durante unos pocos minutos, me fijo en todo lo que tengo a mi alrededor, paz y tranquilidad que me transportan a otro mundo, ese mundo soñado y mientras, sumergida en mi propia paranoia invento la forma de seguir creciendo, he llegado al punto de estabilidad deseado a mi alrededor no hay ningún impedimento que me haga retroceder, bajar a la tierra o algo peor dejar e volar.
Entonces sigo mirando, anonadada, por aquel lugar mágico, nunca había visto nada semejante era tan bello tan intocable tan perfecto.
Me di cuenta estaba sobre otro azul, era el mar, era todo tan irreal, me encontraba entre el cielo y el mar mientras jugaba a esconderme detrás de las nubes, sonreía como un niño con su juguete mas preciado.
Ahora cambie de paisaje estaba tocando las montañas con mi ala derecha, y cada vez bajaba más para poder tocar la hierba que se movía en sintonía con el viento, baje el ritmo para poder oler la hierba mojada.

Retome el vuelo observando todo aquel paisaje y cuando parecía que ese paisaje se convertía en humo y ruido ascendí de nuevo a ese azul celeste.Veía tantas cosas en aquella metrópoli desecha, como pequeñas hormigas viendo pasar sus vida, estresadas por su rutina que por lo visto les ahogaba cada día más, no entendí el sentido de su existencia así que baje a investigar que era aquello que les motivaba si todo parecía tan negro.

Tope con un niño que me miro de manera extrañada se comunicaba conmigo con un lenguaje muy raro no lo entendía, hubo un momento en el que intento agarrarme, ¿que le había hecho yo? suerte que era más rápido que el y logré escapar.
Esta vez me crucé con otra persona mas mayor, portaba una maleta y un aparato que se colocaba en la oreja mientras hablaba a través de el, no se molesto ni en mirarme, pasó de largo.

Decidí volver al cielo pero antes me senté en el quicio de una ventana a descansar para luego tomar otro rumbo distinto. Giré mi cuello y divise entre el cristal otra persona sentada, anonadada la miraba, era muy mayor miles de arrugas le cubrían la cara unas gafas que le tapaban esos hermosos ojos. Antes de que me diera cuenta ese cristal que nos separaba dejo de existir, le miraba sus profundos ojos, aquella mujer llevaba en su mano izquierda un cuenco, era agua, no me dijo nada solo lo dejo ahí, y cuando termine me miró y me sonrío y sin quererlo, comprendí porque aquellas personas vivían en aquel lugar.

Porque con el tiempo se daban cuenta de lo verdaderamente importante de que los pequeños detalles como el simple echo de dar agua a un insignificante pájaro. Que cuando te das cuenta que te queda poco tiempo sobre ese sucio suelo, llegas a la conclusión que no es tan sucio, que gracias a el y a su gente lograste ser feliz.


Carmen

2 comentarios:

  1. Mucho ánimo en el día de hoy... y toda la fuerza y el coraje para esta nueva posibilidad de luchar y quizá ganar.

    ResponderEliminar
  2. GRACIAS profeee :a
    hemos ganado la semifinal el domingo LA FINAL

    ResponderEliminar